Salvando el planeta con biotecnología apropiada: 2. Cultivar mariscos para remediar la atmósfera

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David Moore
Matthias Heilweck
Peter Petros

Resumen

El cultivo de mariscos es la única industria en el planeta que (a) nos alimenta, (b) elimina permanentemente el CO2 de nuestra atmósfera y, con cuidado, podría (c) diseñar nuestros hábitats marinos para mantener la salud y la biodiversidad de esos ecosistemas en el futuro. Alrededor del 30-50% de la biomasa de mariscos está representada por las conchas de los animales, y la cubierta de los mariscos se hace mediante la conversión de CO2 atmosférico en carbonato de calcio cristalino que es estable durante períodos geológicos de tiempo. La tradición humana de comer mariscos se registra en los antiguos concheros de mariscos que rastrean las migraciones de los primeros seres humanos en todo el mundo. La historia reciente muestra una explotación cada vez mayor de los recursos marinos por parte de una población humana en constante crecimiento. A finales del siglo XIX, las ostras se habían convertido en un alimento básico barato en ambos lados del Atlántico, pero el dragado de ostras destruyó el 85% de los yacimientos de ostras del mundo. En los trópicos, las almejas gigantes también han sido pescadas hasta la extinción en muchas aguas del Océano Indico y el Pacífico. En el siglo XXI, estos animales merecen que se les aplique el mismo grado de intensidad en apoyo a su restauración y conservación que el que se aplica para dragarlos del fondo marino. A cambio limpiarán nuestra atmósfera secuestrando permanentemente el exceso de CO2 en piedra caliza. Y debemos empezar ahora, antes de que el Homo sapiens se añada a la lista de organismos impulsados a la extinción por la insensatez humana.

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